Por qué dibujar del natural
Dibujar del natural nos puede dar algo que la fotografía no nos puede proporcionar, como es una percepción espacial y tridimensional, y eso va a incrementar mucho las posibilidades, la comprensión del animal y la experiencia a la hora de dibujar. Sin embargo dibujar animales del natural puede ser complicado, porque evidentemente no se van a estar quietos como estaría un modelo humano en un estudio. Así que aquí os voy a dar algunas pautas que pueden ser de utilidad para dibujar animales en vivo y en directo.
El foco de atención:
Todos estamos rodeados de animales, sobre todo la gente que vive en zonas rurales. Algunos son más comunes que otros, pero de todos podemos sacar siempre aspectos interesantes.
Pero lo primero, a la hora de abordar el dibujo va a depender mucho cuál sea nuestro interés. Podemos centrarnos en intentar reproducir un elemento concreto: una textura, o fijarnos en el color, o puede interesarnos la anatomía del animal, o también podemos intentar captar el movimiento… Sea cual sea nuestro foco de interés, yo recomiendo centrarse en principio en un solo aspecto ya que tendremos un tiempo limitado.
Dibujar animales del natural suele ser un reto ya que tenemos que hacerlo antes de que cambien de postura, así que generalmente vamos a tener que ser ágiles. Aunque algunos animales quizá estén más tranquilos y nos permitan un poco más de margen para abocetar. Otros tal vez están más inquietos, pero en cualquier caso vamos a tener fijar como punto inicial el objeto de nuestro interés. Luego si tenemos más tiempo podemos detallar o completarlo en otro momento en base a las guías que hayamos tomado.
La observación:
Lo primero que recomiendo antes de liarse a dibujar inmediatamente es observar con mucha atención y buscar lo esencial a representar. Una vez lo tengamos claro será más fácil disociarlo de todo lo demás, e incluso podremos memorizarlo con mayor facilidad para plasmarlo más adelante en el papel si no nos diera tiempo de hacerlo in-situ.
La observación además nos permitirá conocer mejor los movimientos y ritmo del animal para prever mejor el tiempo del que disponemos para plasmar aquél aspecto que más nos interesa. Así que tras un breve tiempo de observación inicial, podemos pasar a la siguiente fase:
El análisis:
Aquí es donde vamos a tener que hacer una ágil pero compleja operación en la que el ojo, el cerebro y la mano tienen que estar perfectamente coordinados. Se trata de descomponer la figura, primero mentalmente y luego manualmente, en formas infinitamente más sencillas.
Por ejemplo, en el jabalí que vemos a continuación, podemos intentar descomponerlo en formas geométricas simples para recrearlo rápidamente en nuestra hoja. Esto es mucho más sencillo que empezar a recrear cada uno de los pelos individualmente, y más práctico ya que tendremos en pocos trazos una visión general del animal.
Otra opción es buscar por ejemplo la forma de las masas de oscuros y claros. Esto hará que focalicemos más nuestra atención en lugar de distraernos en todas las tonalidades intermedias. Para ello podemos entornar un poco la vista, de modo que veremos nuestro objetivo algo borroso y podremos identificar más claramente estas masas.
Acción!
Una vez tenemos una idea de qué y cómo lo vamos a representar, es hora de coger el lápiz o el pincel y ponernos a ello sin más demora.
Como decía, entornando la vista para identificar las principales masas de sombra, hice in-situ el dibujo de este jabalí en acrílico dando pinceladas sueltas. Evidentemente tiene poco detalle porque el animal no pasaba mucho tiempo en una misma posición, pero aparece esbozado lo esencial. Además, muchas veces un acabado fotorrealista no es lo más interesante, sino la expresividad de los trazos.
Sin embargo si queremos recrearnos un poco más en el detalle, podemos centrarnos en una sola parte concreta (el ojo, una pata, etc.). O en el caso de las texturas tenemos la posibilidad de estudiarlo y reproducirlo más tranquilamente aunque el animal se mueva. Por ejemplo, en el leopardo de la imagen no es preciso imitar tal cuál cada mancha sino quedarse con una forma genérica del patrón. O en el caso de animales que estén en continuo movimiento y no presenten un patrón continuo, podemos intentar plasmar con pinceladas o trazos simples y sueltos el movimiento de forma dinámica. Y por supuesto si trabajamos con color podemos recrear los del animal, plasmándolos directamente en nuestro papel sin necesidad de dibujar previamente contorneando.
Conclusión:
Dibujar animales vivos tomando apuntes del natural, además de ser una actividad muy interesante, nos va a ayudar a adquirir agilidad y soltura en el dibujo mucho más que dibujando cosas estáticas. Y además con ello vamos a incrementar notablemente nuestro bagaje visual.
Así que lo dicho: yo recomiendo prestar atención a los animales del entorno y probar a hacer apuntes rápidos. También existe la opción de ir a jardines zoológicos para ver animales a los que no tenemos fácil acceso (aunque a mí personalmente no me gusta que estén en cautividad). En cualquier caso, cualquiera que sea tu entorno seguro que si te fijas un poco encontrarás diferente fauna y muchos aspectos interesantes.
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