¿Cómo conseguir un estilo de dibujo propio? La obsesión de mucha gente que empieza a dibujar es encontrar su propio estilo desde el principio, como si lo más importante fuera recrear siempre una misma forma de trabajar. Pero los ilustradores más habilidosos no se limitan a dibujar siempre igual, sino que experimentan para ampliar sus habilidades. Por ejemplo, Leonardo da Vinci es famoso por haber pintado la Gioconda, pero también llenó cientos de cuadernos, tanto con bocetos refinados como con garabatos más espontáneos.

Así que ser flexibles nos va a permitir valorar diferentes aspectos y gozar técnicamente de una mayor libertad.
En este artículo vamos a observar distintos retratos hechos a lápiz, con los que veremos fácilmente la diferencia simplemente focalizando la atención en diferentes aspectos: como puede ser la forma de encajar, el sombreado, el contorneado, la textura, etc.
Así que aquí os muestro unos cuantos esbozos que he hecho de varias personas del natural prestando atención a aspectos diferentes, no solo formales sino estilísticos (como siempre os digo, si tenéis ocasión de dibujar a gente del natural, en vivo, será mucho mejor que hacerlo de foto, que contienen mucha menos información y además suelen estar ya editadas).

En el retrato de este chico (izquierda) he intentado enfatizar especialmente las formas angulosas del modelo, remarcando los contornos con líneas rectas con distintos grados de inclinación, y sombreando linealmente también con paralelas en horizontal. Se trata de un esbozo rápido de apenas minutos, algo muy sencillo pero creo que con bastante más personalidad que otros retratos más acabados. Y a su lado para esta chica intenté hacer una versión de este mismo estilo pero suavizando un poquito los contornos y sombreando con líneas oblicuas.
Por norma general las formas angulosas remiten más a lo masculino, y las redondeadas a lo femenino, pero también podemos jugar con ello, invirtiéndolo o combinándolas como más nos interese.

Aquí he realizado otro retrato del mismo chico de la imagen anterior aunque en otra postura. En esta ocasión además de emplear líneas rectas para definir los contornos, he intentado representar las sombras casi en plano como una mancha geométrica irregular.
Me gusta mucho este tipo de contrastes fuertes para definir volúmenes generales del cráneo y el rostro, pero sin detallar rasgos faciales. El claroscuro es también una forma muy rápida y efectista para representar personas y objetos.
Como veis, a partir de un mismo referente, con las distintas formas de trabajar (estilos) conseguimos dar a nuestras obras caracteres diferentes.
Nota: Para los ejercicios de estilo creo que es bueno resolverlos con los menos trazos posibles. Ya que se trata simplemente de bocetos, si no resultan bien desde el principio a veces es mejor buscar otra alternativa. Indistintamente del resultado, siempre cuando se experimenta se saca algún aprendizaje, consciente o inconscientemente.

A continuación os muestro un par de bocetos de ejemplo con un modelo diferente. A la izquierda lo he representado poniendo especial atención a las líneas de contorno, delineando cada elemento del rostro (ojos, nariz, pelo, etc.). Sobre esta guía he esbozado el sombreado someramente con líneas paralelas. Este estilo recuerda al del cómic amaricano.
En el retrato de la derecha he procurado centrarme en las sombras, también con formas geométricas, pero limitando mucho más el delineado, apenas para algún contorno. Aunque este estilo no tenga excesiva definición, creo que da una mayor seriedad y dramatismo a las figuras.
En los 3 ejercicios siguientes retraté a distintas personas intentando centrarme en otros aspectos: En la chica de la izquierda centré la atención en la «cresta» de la sombra (o «sombra cimera«, o el «terminator» de la sombra en inglés), que sería el tramo intermedio más oscuro que separa la zona en penumbra de la más iluminada.

En el retrato del centro quise representar las sombras de manera sencilla cruzando líneas rectas en distintas direcciones. Generalmente me gusta mucho hacer tramas muy finas, pero en esta ocasión procuré representar las sombras con líneas bastante gruesas. Igualmente dejé sin pulir apenas las líneas de contorno que quedan prácticamente como un encaje al estilo del embloque. Y en el chico de la derecha intenté de nuevo marcar la cresta de la sombra, pero reduciendo el grosor del degradado para que fuera un poco más extrema esta separación entre zonas.

Aquí nuevamente experimenté retratando a una misma persona: A la izquierda intentando combinar un trabajo de línea y textura, inclinando mucho el lápiz para rellenar la sombra con mancha. A la derecha representé a la misma persona pero de frente, cruzando líneas en distintas direcciones muy marcadas.
La forma en que trabajemos también afecta a la interpretación que hacemos de la psicología del personaje: el de la izquierda con líneas suaves y una masa difusa de sombra le da un carácter más blando, y el segundo con líneas más marcadas y formas más sólidas le dan una personalidad más fuerte, o severa.
Es muy interesante cómo técnicamente podemos dar determinados atributos a las personas que retratamos. No es simplemente copiar tal cuál lo que vemos, sino poner también de nuestra parte.
Para experimentar formalmente evidentemente no tiene que ser necesariamente con retrato, sino con cualquier referente. Tampoco es necesario siquiera concretar previamente de qué modo dibujar, sino simplemente jugar con las posibilidades que ofrezca el objeto, paisaje o persona a representar y dejarse llevar por el propio proceso de dibujo. Esto además de permitir mejorar técnicamente, va a tener un impacto positivo en el desarrollo creativo.
Así poco a poco, con este tipo de ejercicios mantenidos en el tiempo, vamos a ir definiendo nuestro estilo de manera natural, desechando lo que no nos interese y adoptando aquello que más nos guste.
Si quieres saber más, en el siguiente enlace puedes ver un vídeo en el que te doy 5 consejos concretos para desarrollar tu propio estilo de dibujo: