¿Por qué no consigo el parecido en mis dibujos de retrato?
Una pregunta habitual que me hacen es «¿por qué mi retrato no se parece al referente?» o «por qué es difícil sacar el parecido en mis dibujos de retrato?«. La razón es que estamos acostumbrados a ver constantemente rostros humanos, así que nuestro ojo es extraordinariamente preciso a la hora de analizar formas, proporciones, rasgos y expresiones, así que no pasamos por alto las diferencias cuando se trata de una cara. Sin embargo, por lo general, el ojo no es tan crítico a la hora de valorar la similitud con la realidad de un paisaje, un animal o un objeto. Así que lograr el parecido en un retrato es precisamente la mayor dificultad que podemos encontrar a la hora de dibujar personas.
Es por ello que el retratismo es de las disciplinas artísticas más complejas, porque además de recrear con mayor fidelidad las formas del rostro debemos plasmar otros aspectos más imprecisos como el estado de ánimo o la personalidad del retratado. Y por supuesto también interviene en la obra la psicología del propio autor. Así que como veis intervienen diferentes factores que lo complican.
Pero empezando por lo puramente formal, ¿cómo podemos mejorar en el dibujo de retrato?
El encaje:
Una parte esencial en todo dibujo, es el encaje, que consistiría en el boceto inicial para aproximarnos a la figura. Éste sería como el armazón a partir del cuál construiremos toda nuestra imagen, así que antes de comenzar a hacer detalles o sombrear es conveniente plasmar en el papel la estructura elemental del rostro.
Hay muchas maneras de encajar rostros humanos, a partir de un esquema, de una cuadrícula, o de métodos de autores particulares, como el famoso de Andrew Loomis. Sin embargo no es imprescindible aplicar siempre un esquema fijo, sino que podremos aproximarnos a cada retrato libremente, según las características particulares que nos resulten más interesantes a nivel personal.
Para alguna gente, sobre todo si no tiene demasiada práctica, el encaje puede ser una parte algo tediosa pero es conveniente prestarle atención. Realmente es la parte más breve del proceso de dibujo y puede encauzarlo bien para que el largo desarrollo posterior nos sea más plácido. Es posible que si descuidamos la atención desde el inicio, durante el desarrollo vayamos alejándonos del parecido con el referente poco a poco y finalmente aunque hayamos trabajado mucho a nivel general podemos apreciar que no nuestro dibujo no se parece al referente.
A partir del encaje, que será más o menos elaborado según la soltura de cada dibujante, iremos añadiendo matices y detalles, que suele ser la parte más gratificante del proceso.
El sombreado:
El sombreado es para muchos la fase del dibujo más estimulante, ya que conseguimos modelar los volúmenes de un modo más realista que simplemente contorneando a línea.
Hay muchos métodos, técnicas y procedimientos para sombrear. Será diferente si trabajamos a carboncillo o sanguina, a lápiz o con pincel (e igualmente la representación de las sombras será distinta en una acuarela que en un óleo). Incluso centrándonos en lo más básico, que sería el dibujo a grafito, existen distintas variantes en el estilo de sombreado atendiendo. Al modo de relleno y la textura que queramos darle: la apariencia general va a ser diferente si sombreamos difuminando que si lo hacemos por ejemplo cruzando líneas y tramas.
El estilo y la técnica puede variar mucho según el gusto de cada dibujante, pero lograr el parecido en un retrato casi siempre pasa por un buen dominio del sombreado.
El acabado:
Una vez hemos trabajado el sombreado de nuestro dibujo, solo nos quedaría añadir detalles, afinar y potenciar los rasgos más característicos de la persona a representar.
En esta fase además podemos añadir contraste dando mayor intensidad a las zonas de sombra más oscuras, o sacar los brillos más intensos con una goma de borrar. Consejo: Es bueno limitar los blancos en el papel así que conviene ser selectivos con los puntos donde damos mayor luz, como puede ser en el brillo de los ojos.
Consejo para hacer que se parezca mi dibujo de retrato:
A lo largo de todo el proceso, una buena manera de saber si nuestro dibujo guarda relación con el/la modelo es ir cubriendo zonas para poder comparar con mayor facilidad elementos del rostro de forma aislada: ojos, nariz, boca, frente, etc. Si alguno de ellos no se parece, aunque de forma general veamos que nuestro dibujo va bien encauzado, vamos a notar siempre algo raro. De este modo podemos analizar también de forma más individualizada.
En el retratismo cada rasgo cuenta, así que debemos prestar atención porque la apariencia final va a ser el resultado de la suma de aciertos y errores.
Esto es algo que también conviene hacer en la fase de detallado antes de dar nuestro dibujo por finalizado.
Ejercicio: Análisis del parecido de un retrato
En el siguiente vídeo analizo el dibujo de un retrato y corrijo todos los aspectos que alejan su parecido con respecto al referente, tanto a nivel de encaje como de sombreado y detallado,ara poder ver más claramente cómo lograr el parecido en un retrato empleando distintos procedimientos:
Cómo lograr el parecido en un retrato:
Más vídeos sobre retratismo y consejos en esta lista de reproducción.
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