En esta entrada quiero hablarte de los principales fallos que los artistas primerizos cometen en su viaje hacia la profesionalización. En esta ocasión no voy a entrar en errores técnicos de dibujo, sino de planteamiento a la hora de realizar ejercicios y de enfocar los esfuerzos en el desarrollo de una carrera profesional.
A continuación te explico algunos de los fallos más comunes de los artistas amateur, en varios de los cuales yo mismo he incurrido. Por ello quiero compartirlos contigo para ayudarte así a ahorrar tiempo y esfuerzo, prevenir posibles frustraciones y encauzar correctamente tu actividad artística.
No tener un objetivo:
Algo que suelo preguntar a mis estudiantes cuando empiezan una formación artística desde cero es «¿cuál es tu objetivo?» o «¿cuál es tu principal motivación para dibujar?». No tener ningún propósito es el primer error que puede cometer un artista principiante. Por supuesto no tiene por qué ser algo excesivamente ambicioso, ni estar necesariamente enfocado a ganar una determinada cantidad dinero.
Tener un objetivo supone simplemente plantearse un camino a seguir. Algo que dé sentido a todo lo que hagas y que te sirva para pautar tu ruta artística. La variedad de motivos para para progresar como dibujante puede ser casi infinita, y cualquiera de ellos es perfectamente válido. Pero plantear un sentido te va a ayudar a la hora de definir objetivos, y en consecuencia a desarrollar un plan de acción. Si no se tiene ningún plan es imposible trazar una ruta para cumplirlo, así que los esfuerzos por mejorar pueden ser inconcretos y dispersos, con lo que será fácil perderse.
Cuanto más claro sea el objetivo, más sencillo dividirlo en pasos para llegar a él de la forma más directa y eficiente.
Un aprendizaje inicial erróneo:
La falta de experiencia no es un problema, siempre hay que empezar por algo. Sin embargo empezar mal de forma autodidacta (o con un mal profesor) y afianzar malos hábitos nos puede suponer un gran problema a la hora de progresar. Muchas veces la gente con cierta experiencia tiene formas prefijadas de dibujar erróneas y se hace mucho más complicado corregirlas (por vanidad o por simple costumbre) que aprender los fundamentos bien desde el principio. Y hablo por experiencia propia; comencé a dibujar también por afición de manera autodidacta desde muy joven y luego en durante mi larga fase formativa me costó mucho más corregir malos hábitos que haber empezado bien de cero.
Fue una lucha personal que fui puliendo en escuelas, academias y en la carrera de Bellas Artes para mejorar técnicamente. Esta dedicación plena al dibujo me llevó a interesarme por la metodología docente para progresar de manera más rápida y eficiente, así que durante los años posteriores compaginé las prácticas de dibujo, con un interés pedagógico que me llevó a estudiar el máster de profesor en enseñanzas artísticas.
Existe toda una «ciencia del aprendizaje» verdaderamente fascinante. Lo que estudias, de qué manera y en qué orden lo haces, juega una parte muy importante en el éxito del alumno. Seguir un plan educativo determinado para desarrollar una consciencia formal, conceptual y por supuesto técnica puede agilizar mucho más nuestro desarrollo que hacer prácticas de dibujo aleatorias.
Así que estos procedimientos metodológicos son los que aplico a mis cursos (rebajados desde este enlace, para estar al alcance de cualquier bolsillo).
Apresurar el proceso:
Los artistas principiantes a menudo esperan tener resultados inmediatos, pero la realidad es que progresar en el arte lleva mucho tiempo, indistintamente de la disciplina artística a desarrollar.
En la actualidad los interesados en el arte suelen seguir en las redes sociales multitud de perfiles de artistas profesionales que publican continuamente. Desde fuera la sensación puede ser que producir arte es algo rápido y sencillo, pero esto es un error. La realidad es que esos artistas consagrados tienen una agilidad adquirida a lo largo de muchos años esfuerzo y práctica. Y aunque sus cuentas puedan llevar activas poco tiempo, su carrera puede ser muy dilatada y tienen suficiente material antiguo para publicar con asiduidad. Así que en el espectador pueden generar la sensación de que hacer arte es algo relativamente fácil y rápido.
A esta percepción contribuye el hecho de que las obras de arte en las redes conviven con millones de publicaciones mucho más simples y ágiles de producir (como selfies) pero también muy resultonas gracias a filtros y distintos efectos accesibles a golpe de clic. Por extensión, el espectador inexperto puede pensar que cualquier publicación lleva relativamente poco esfuerzo y dedicación.
Sin embargo apresurarse para alcanzar un resultado al que solo se puede llegar con un largo proceso de aprendizaje, solo puede conducir a la frustración. Y de ahí, o bien al abandono de la actividad artística, o bien a alternativas fraudulentas que no correspondan a nuestras verdaderas habilidades. Así que no te preocupes porque el proceso sea lento: debe ser así. Con el tiempo, aprender a disfrutar de ese largo viaje de comprensión, asimilación y dominio técnico, llega a ser de lo más gratificante.
Forzar el estilo:
Algo muy común entre los dibujantes con poca experiencia es forzarse a lograr un estilo, generalmente por imitación. Sin embargo enfocarse en el estilo demasiado pronto, antes de comprender los fundamentos generales del dibujo, puede ser muy negativo para tu progreso como artista.
Por supuesto todos tenemos artistas de referencia que nos gustan particularmente, y sobre todo es frecuente que los más jóvenes intenten recrear personajes de su estilo favorito (por ejemplo de series de cartoon, o del manga). No tiene nada de malo el practicar con los referentes que nos gusten, pero copiar continuamente un mismo estilo o autor para alcanzar solo una estética determinada puede limitarnos mucho, ya que esta forma de practicar es más industrial que artística. En muchos casos esos autores de referencia han podido hacer un recorrido personal que ha culminado con una forma de hacer propia, e imitarlo no nos permite experimentar y desarrollar nuestro propio camino para crear obras con voz propia.
Así que yo recomiendo:
1. Estudiar los fundamentos del dibujo.
2. Practicar y mejorar técnicamente.
3. Estudiar distintos artistas para coger de cada uno lo que nos parezca más interesante.
El estilo propio se irá forjando de manera natural en un proceso de práctica y estudio, lento pero continuo. Y por supuesto será único y mucho más personal y satisfactorio que copiando una estética prediseñada.
Evitar el feedback:
Generalmente cuando alguien empieza a dibujar y nota algún progreso del que se siente orgulloso, suele publicar inmediatamente el trabajo para recibir un feedback positivo de amigos y familiares (esto a veces ocurre incluso incluso en fases bastante avanzadas del aprendizaje). Y aunque en principio esto puede ser algo motivador para continuar dibujando, acostumbramos a recibir solo halagos puede dificultar nuestro progreso. Conocer los errores que cometemos en el dibujo es el primer paso para corregirlos.
Como para cualquier otro proceso de aprendizaje, la crítica es necesaria. Sin embargo cuando alguien está orgulloso de su trabajo se hace complicado desde fuera hacer crítica, siquiera constructiva. Las personas cercanas no suelen señalar los aspectos a mejorar para no herir sensibilidades. Pero incluso en el caso de los allegados más audaces, a veces no tienen el conocimiento para dar una orientación adecuada, así que sus observaciones pueden no jugar en favor de nuestro progreso. Por ello es recomendable contar con la orientación de profesores o compañeros que estén trabajando en tu misma actividad artística.
A veces los grupos o foros donde se crean comunidades son muy útiles para este propósito: todos participan, comparten sus trabajos y señalan aspectos mejorables en los trabajos de los compañeros.
Estancarse:
Cuando se alcanzan resultados satisfactorios no es extraño que muchas personas caigan en la tentación de continuar haciendo lo mismo. El pretexto suele ser que «se busca la especialización«, pero lo cierto es que la búsqueda suele serlo más de la comodidad.
El que hace continuamente una misma obra, o con variaciones mínimas, no suele mejorar realmente sino simplemente estancarse. O peor aún: puede atrofiar su capacidad de aprendizaje a base de automatizar una forma concreta de hacer. Conozco personas que llevan dibujando del mismo modo durante más de 15 años y no han experimentado ninguna mejora técnica (a pesar de que su nivel en muchos casos no sea tampoco extraordinariamente alto). Y ello es simplemente porque se han acomodado a un procedimiento y un resultado.
Tampoco es bueno ponerse retos inasumibles, pero replicar continuamente un mismo dibujo mecánicamente no nos va a aportar nada como artistas. En mi opinión siempre debe haber detrás de las obras acabadas y expuestas muchas páginas rellenas en nuestros cuadernos de bocetos personales. Una buena forma de escapar al automatismo técnico son los sketchbooks. Bajo mi punto de vista son los «gimnasios» del dibujo, el espacio personal donde ejercitar, experimentar y desarrollarnos sin miedo al resultado, y donde nos haremos más fuertes como artistas.
Y estos han sido los principales errores de los dibujantes primerizos y mis consejos para desarrollarte como artista. Espero que te sean de utilidad, y si tienes cualquier otro que quieras compartir, puedes dejarlo abajo en los comentarios 🙂
En este enlace te dejo un vídeo tutorial con algunos buenos hábitos para artistas que puedes implementar.
2 comentarios en “Errores de los dibujantes principiantes”
Gracias por sus consejos.
Muy interesante y buenos consejos, estoy muy a favor de no estancarse haciendo siempre lo mismo y de practicar mucho con sketchbooks.