5 principios básicos para dibujar animales
Los animales son de los motivos más representados en dibujo, tanto por niños como por adultos, y no solo en la actualidad sino desde antiguo. Las primeras representaciones que encontramos en las cuevas prehistóricas en forma de pinturas rupestres son precisamente animales: caballos, bisontes, leones, rinocerontes, mamuts y osos, entre otros cuadrúpedos. Por su morfología, sus posturas, movimientos y texturas resulta una disciplina especialmente diversa, y algo como dibujar animales resulta especialmente atrayente para gente de todas las épocas, edades y lugares.
Así que para empezar, vamos a ver 5 principios básicos a tener en cuenta a la hora de representar animales, que os quiero resumir en estos sencillos consejos:
1- Observar
El primer consejo para dibujar animales es sencillo: Se trata simplemente de observar, sobre todo si vamos a dibujar animales que nunca hemos representado antes. Aunque la inercia es ponerse inmediatamente a dibujar, lo más recomendable es observar durante un rato sus diferentes aspectos, como la forma, la proporción o la postura para poder hacernos una idea general del animal. Así que lo primero es sentarse y visualizarlo tranquilamente, tanto si dibujamos del natural como si lo hacemos a partir de un referente fotográfico.
2- Tomar una imagen mental
El siguiente paso es tomar una imagen mental del animal. Un buen truco es cerrar los ojos, concentrarse, abrirlos sólo durante un segundo para mirar al animal en la postura en la que se encuentre, y volver a cerrarlos. Con la imagen que hemos captado tendremos una idea muy general de cómo es y podemos intentar recrearla mentalmente.
Cuanto más practiquemos este método, más atención pondremos en ese lapso de observación y la imagen mental que generemos se irá volviendo poco a poco más concreta. Podemos hacerlo incluso varias veces: abrir y cerrar los ojos por un rato para comprobar mentalmente con qué información nos hemos quedado, abrir y cerrar de nuevo para intentar detallar algo más la forma, etcétera.
Esta es una buena práctica de atención, y además hará que no nos perdamos tan fácilmente con los cambios de apariencia si el animal está en movimiento. Luego ya, una vez plasmada esa visión en el papel, podemos ir fijándonos de manera más prolongada para tomar referencias más concretas, como la apariencia del pelaje, las manchas, colores, etc. que no requieren una postura concreta. Esta práctica de atención igualmente podemos aplicarla con un referente fotográfico.
3- Nociones anatómicas elementales
Mi tercer consejo es conocer unos mínimos básicos de anatomía; con ello podremos extrapolarla de unos animales a otros variando levemente las formas y proporciones. Por ejemplo podemos ver que el esqueleto de un perro y el de un ciervo no se diferencian sustancialmente. Aunque sean animales bastante distintos la estructura ósea no es muy diferente.
Igual que conocer la forma general de los mamíferos nos ayuda mucho a la hora de representar cualquiera de esta familia, sucede lo mismo con los peces, los reptiles, las aves, etc.
4- Ir de lo general a lo particular
A la hora de ponernos a dibujar lo primero que recomiendo es comenzar por las formas más generales. Vamos a ir de lo más amplio a lo más específico, tanto si dibujamos del natural como de foto. Sobre todo si estamos empezando en el dibujo nos va a ser más sencillo comenzar esbozando el cuerpo entero de forma esquemática. A continuación iremos colocando el resto de elementos hasta finalizar en el detalle. Si por el contrario comenzamos haciendo, por ejemplo, los detalles del iris del ojo nos va a ser más complicado desarrollar a partir de ahí el resto del animal; además podremos perder muy fácilmente los referentes y desproporcionar el dibujo. Así que es más recomendable ir de lo general a lo particular. De lo grande a lo pequeño.
5- Dividir el cuerpo en secciones
Y el quinto consejo consiste en dividir mentalmente el cuerpo en secciones. Una de las razones para ello es ayudarnos a proporcionar y la otra es controlar mejor el cuerpo cuando estamos pensando en sus diferentes partes. Una división sencilla y común a una inmensa mayoría de los animales sería la cabeza por un lado, el cuello, las patas delanteras, el cuerpo, las traseras y la cola.
Pensar al animal por partes nos ayuda a construirlo mentalmente como a una figura articulable. Para ello debemos tener en cuenta que algunas de estas partes se superponen sobre otras en determinadas posturas. Así que entenderlo como un conjunto de partes combinadas nos puede facilitar su representación.
Estos serían mis 5 consejos básicos para aproximarse al dibujo de animales. Recordemos brevemente: el primero consiste en observar con atención al animal, el segundo se trata de intentar tomar una imagen mental del mismo, el tercero aplicar unas nociones anatómicas básicas y yendo, esto sería el cuarto consejo, de lo general a lo particular. Y el quinto es dividir el cuerpo por secciones para que nos resulte más fácil comprenderlo a la hora de dibujar.
Espero que estas pautas te sean de utilidad y las apliques a la hora de dibujar animales.
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Y si quieres aprender sobre procedimientos concretos para dibujar animales del natural, puedes echar un vistazo a esta entrada del blog.